Capítulo V . La Reconciliación.
La representación de Cextor se sacudió y pareció desvanecerse, mientras su voz metálica dijo acompasadamente: “Pues somos dos los que no estamos donde queremos.” Mientras pensaba gracias al centro de memoria acuosa, cómo engañar a ese hombre para volver a su cuerpo, cómo evitar que desconecte los circuitos que le permitían seguir conciente de la vida y como ampliar su poder desde su nueva posición.
Morris, se tomó la cabeza entre sus manos y lloró desconsoladamente, de impotencia, de miedo, de haber perdido su vida, todo lo que conocía, ya no vería a Maga, esa chica que le servía el café en el bar enfrente de su casa.
Cextor lo sintió en sus manos.
- Mira, el destino nos ha traído hasta esta situación, ya no importa de quién fue la responsabilidad, debemos ser cuidadosos en nuestros pasos desde ahora.
- Dependo de tu buena voluntad para seguir existiendo. Y tú, tú también dependes de mí para sobrevivir en mi universo, ahora estás en la posición que yo viví en tu mundo, corres el mismo peligro de lastimar personas inocentes.
- Puedo ayudarte a construir un traje aislante que rechazará el contacto con otras personas.
Morris levantó la mirada, se dio cuenta de su real situación: no podría tener contacto con nadie, ni sexo, ni una caricia, esto era demasiado para soportarlo, pensó en quitarse la vida, se sintió tan desprotegido y solo como un niño que estaba siendo castigado…
- Deberías tener un nombre acorde a nuestras costumbres, ¿cómo te llamas?
Sin pensarlo, contestó:
- Morris.
Siguió Cextor:
- Pues serás Morrix en adelante. Deberás olvidar tu pasado, haz de cuenta que naciste nuevamente. De hecho, deberías haber muerto cuando la bala atravesó tu pecho.
- Yo pretendí viajar en el tiempo, no cruzar un barrera dimensional. Nunca me imaginé que pudiera dañar a alguien, y sin embargo lo hice, sin intención, pero eso no cambia los hechos, sólo atenúa mi conciencia.
Morris sintió compasión por ese ser, enlatado en un aparato, por más maravilloso que este fuese:
Yo…-su voz apenas sonaba, tomando fuerza continúa-, yo no quise disparar, mis nervios…¡tú eras invisible! ¡cómo podría esperar algo así!
Mi afán de gloria, de demostrar que podía resolver un caso sin ayuda me llevó a esa situación. Ahora veo que debí pedir ayuda…
Pero me disparaste esa extraña bala. Creo que tenemos algunas cosas en común.
Así que eres un policía. ¡Que paradoja! Nunca me imaginé liado en un entrevero policial.
La resolución de los casos policiales tienen una semejanza a los problemas científicos, se debe hacer una investigación exhaustiva y encontrar la solución…o al culpable.
Morris: ¡Ja! Seremos como el Dr Frankenstein y su criatura, viviendo una pesadilla
Cextor: Deberías contarme como son esos individuos, para comprenderte…
La representación de Cextor se sacudió y pareció desvanecerse, mientras su voz metálica dijo acompasadamente: “Pues somos dos los que no estamos donde queremos.” Mientras pensaba gracias al centro de memoria acuosa, cómo engañar a ese hombre para volver a su cuerpo, cómo evitar que desconecte los circuitos que le permitían seguir conciente de la vida y como ampliar su poder desde su nueva posición.
Morris, se tomó la cabeza entre sus manos y lloró desconsoladamente, de impotencia, de miedo, de haber perdido su vida, todo lo que conocía, ya no vería a Maga, esa chica que le servía el café en el bar enfrente de su casa.
Cextor lo sintió en sus manos.
- Mira, el destino nos ha traído hasta esta situación, ya no importa de quién fue la responsabilidad, debemos ser cuidadosos en nuestros pasos desde ahora.
- Dependo de tu buena voluntad para seguir existiendo. Y tú, tú también dependes de mí para sobrevivir en mi universo, ahora estás en la posición que yo viví en tu mundo, corres el mismo peligro de lastimar personas inocentes.
- Puedo ayudarte a construir un traje aislante que rechazará el contacto con otras personas.
Morris levantó la mirada, se dio cuenta de su real situación: no podría tener contacto con nadie, ni sexo, ni una caricia, esto era demasiado para soportarlo, pensó en quitarse la vida, se sintió tan desprotegido y solo como un niño que estaba siendo castigado…
- Deberías tener un nombre acorde a nuestras costumbres, ¿cómo te llamas?
Sin pensarlo, contestó:
- Morris.
Siguió Cextor:
- Pues serás Morrix en adelante. Deberás olvidar tu pasado, haz de cuenta que naciste nuevamente. De hecho, deberías haber muerto cuando la bala atravesó tu pecho.
- Yo pretendí viajar en el tiempo, no cruzar un barrera dimensional. Nunca me imaginé que pudiera dañar a alguien, y sin embargo lo hice, sin intención, pero eso no cambia los hechos, sólo atenúa mi conciencia.
Morris sintió compasión por ese ser, enlatado en un aparato, por más maravilloso que este fuese:
Yo…-su voz apenas sonaba, tomando fuerza continúa-, yo no quise disparar, mis nervios…¡tú eras invisible! ¡cómo podría esperar algo así!
Mi afán de gloria, de demostrar que podía resolver un caso sin ayuda me llevó a esa situación. Ahora veo que debí pedir ayuda…
Pero me disparaste esa extraña bala. Creo que tenemos algunas cosas en común.
Así que eres un policía. ¡Que paradoja! Nunca me imaginé liado en un entrevero policial.
La resolución de los casos policiales tienen una semejanza a los problemas científicos, se debe hacer una investigación exhaustiva y encontrar la solución…o al culpable.
Morris: ¡Ja! Seremos como el Dr Frankenstein y su criatura, viviendo una pesadilla
Cextor: Deberías contarme como son esos individuos, para comprenderte…